Los lodos se envían a digestores donde las bacterias los "digieren" y producen metano

Los lodos de los clarificadores se envían a edificios cilíndricos de hormigón donde son "digeridos" por bacterias procedentes de nuestras entrañas. Mantenemos los digestores a 98 grados Fahrenheit porque los microorganismos trabajan mejor a la temperatura corporal. Se puede pensar en un digestor como una tripa gigante de hormigón. Utilizamos parte de nuestra agua de reutilización para mantener los digestores calientes. En primer lugar, el agua reutilizada recoge el calor de nuestra central eléctrica CoGen, donde enfría los motores. A continuación, el agua calentada se bombea a los digestores para mantenerlos a la temperatura corporal.

Cuando las bacterias comen en los digestores, crean gas metano. Las tuberías naranjas llevan ese gas metano a nuestra central eléctrica de Cogen, donde lo utilizamos para producir electricidad. Cuando las bacterias han comido todo, mueren y lo que queda se llama biosólidos. Enviamos los biosólidos a nuestra Instalación de Enmienda del Suelo.